el caballo continuo

No temen al caballo de las horas 
ni al caballo de los días, 
los hombres más ricos no temen
al caballo de los meses 
ni al caballo de los años,
los hombres más ricos de Asia,
los hombres más ricos de Europa,
los hombres más ricos de América,
amarillos de miel y dentadura,
solo temen al caballo incesante
que retorna a las praderas perdidas,
el caballo sin tiempo y sin tregua,
el caballo continuo.